El martes previo al montaje de i Love Retro entró en casa un gato negro. Eran las seis y media de la mañana pero aún no había amanecido. Sobre el chester inglés aquellas pupilas felinas eran destellos verdes. No sé quién sintió más miedo si el gato o yo. Reaccioné de un modo extraño, en lugar de reconducir al gato hacia la salida corrí hasta el aseo de la entrada, me encerré para respirar hondo y toqué madera, como si con este gesto pudiera espantar la mala espina que me daba que un gato negro se hubiera colado en mi casa la víspera de i Love Retro. Todo tenía que salir bien en Madrid, hello Retro iba a torear en las Ventas!
Ahora que estamos de vuelta y que la estancia en Chamartín ha sido para nosotros como el sueño americano lo primero que hemos querido sacar de nuestro equipaje es un regalo para todos vosotros, unas letras industriales mayúsculas de Uma Natural que dicen "GRACIAS".
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